Las verduras frescas y las hierbas aromáticas que realzan sus sabores son las protagonistas de nuestras salsas.
De color brillante, los guisantes son una variedad de legumbres muy extendida en Italia y en el mundo. De origen antiquísimo, siempre han estado presentes en las mesas no sólo por su sabor dulce y delicado, sino también por sus innumerables propiedades beneficiosas. Los guisantes son bajos en calorías y ricos en minerales, vitaminas, fibra y agua.
Ha pasado por los siglos en las cocinas del Mediterráneo, el ajo es un bulbo cuyos dientes encierran un aroma y un sabor inconfundibles. Es un ingrediente antiguo y valioso que realza cualquier materia prima. Combina bien con todo, carne, pescado y verduras. Es rico en minerales y vitaminas.
Arbusto que crece espontáneamente a lo largo de las costas del Mediterráneo, el romero es considerado la hierba aromática por excelencia. Imprescindible en las recetas italianas, combina perfectamente con otros protagonistas de la cocina mediterránea, como el ajo y el aceite, y realza todo tipo de platos. Su uso es antiquísimo por sus inconfundibles características aromáticas.
La aceituna es el extraordinario fruto del olivo, cultivado durante miles de años en la cuenca del Mediterráneo. Alimento energético, con un sabor que varía de dulce a amargo, las aceitunas enriquecen todo tipo de recetas. Son ricas en minerales y vitaminas y contienen numerosos antioxidantes.
Las maravillosas hojas de la remolacha roja se prestan para la preparación de platos genuinos y sabrosos, gracias a su color y sabor refrescante y dulce. Además, son la parte más nutritiva de toda la planta porque son ricas en vitaminas, hierro y especialmente en magnesio y potasio.
Originario de Asia Menor, el laurel es una hierba aromática muy extendida y utilizada en la cocina desde la antigüedad. Combina perfectamente con carnes, pescados y legumbres, a los que aporta un sabor intenso. Rico en fibra, es un auténtico concentrado de minerales.
Deliciosa verdura que combina perfectamente con el aceite de oliva virgen extra, la berenjena es perfecta para preparar sabrosas salsas para pasta. Aporta carbohidratos y proteínas, pero sobre todo es rica en fibra y minerales. La cocción aumenta sus beneficios y cualidades.
La salvia es una hierba aromática originaria de la cuenca mediterránea. Es un pequeño arbusto de hoja perenne con hojas alargadas y puntiagudas. Se utiliza mucho en la cocina para aromatizar diferentes tipos de recetas. Añade sabor y aroma a los platos y combina perfectamente con la carne. Contiene aceites esenciales, flavonoides, vitaminas B y C y minerales.
Las alcaparras son los capullos de la planta del mismo nombre, un arbusto que crece espontáneamente en los países que bordean el mar Mediterráneo. Son un alimento muy famoso y típico de la cocina mediterránea, especialmente la italiana. Son bajos en grasa pero ricos en minerales, folatos, magnesio y vitaminas A, E y C.
Ingrediente protagonista de algunas de las recetas más emblemáticas de la cocina italiana, la albahaca es una hierba aromática de hojas brillantes y sabor intenso e inconfundible. Cultivada en Asia y Europa, la variedad genovesa representa a Italia en el mundo por sus características únicas. Rica en vitaminas A-B-C y minerales, especialmente potasio, calcio y fósforo.
Son muchas las variedades de tomate que se cultivan en Italia, cada región puede presumir de su propio tipo particular. El tomate cherry es uno de los más apreciados por su sabor dulce e intenso y por la textura de su pulpa. De hecho, es perfecto para preparar salsas y condimentos. Rico en minerales y vitaminas, tiene un contenido de azúcar más alto que otras variedades.
Originarios de América Central y del Sur y ahora ampliamente distribuidos por todo el mundo, los pimientos son muy versátiles en la cocina. Pueden ser el ingrediente principal, pero también la guarnición ideal. A pesar de su bajo contenido calórico, los pimientos aportan un sabor excepcional y una cantidad significativa de vitamina C y betacaroteno, especialmente si son rojos.
El brócoli es una verdura muy apreciada desde la época romana. Su color verde intenso y su sabor delicado lo hacen único y versátil en la cocina. Es un concentrado de nutrientes, muy rico en vitaminas y minerales. Su temporada es el invierno, por lo que aporta a quienes lo consumen la mejor ayuda para el sistema inmunitario.
Cada uno tiene su sabor inconfundible y son un ingrediente valioso en muchas recetas italianas. Los boletus, los clavos y los rebozuelos se encuentran entre los protagonistas más apreciados y buscados. Son ricos en proteínas, vitaminas y minerales, todo ello con un contenido calórico muy bajo.
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