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Focaccia casera


Una preparación sencilla y sabrosa, perfecta para cualquier ocasión. Suave y fragante, puede servirse como aperitivo, merienda o como base para rellenar al gusto. Con pocos ingredientes – harina, aceite, agua y sal – y un poco de paciencia para el levado, obtendrás una focaccia dorada y suave por dentro. Puedes disfrutarla sola, simplemente con aceite y sal, o enriquecerla con otros ingredientes de tu elección.
90’ min.
Media
4 personas
Ingredientes


  • 500 g de harina 00
  • 300 ml de agua tibia
  • 7 g de levadura seca (o 15 g de levadura fresca)
  • 10 g de sal
  • 10 g de azúcar
  • 50 ml de aceite de oliva virgen extra (más c.s. para la superficie)
  • Sal gruesa c.s.
  • Pimienta c.s.
  • Olives Tomato, tomates cherry, aceitunas, romero u otros ingredientes para la cobertura (opcional)
Preparation


En un bol grande, mezcla la harina y la sal. Disuelve la levadura en agua tibia junto con el azúcar y deja reposar unos minutos hasta que se active (si usas levadura fresca). Añade el agua con la levadura a la harina y agrega el aceite. Amasa todo hasta obtener una masa suave y elástica. Si queda demasiado pegajosa, puedes agregar un poco de harina, pero sin excederte.

Cubre el bol con un paño húmedo o papel film y deja reposar la masa en un lugar cálido durante 1-2 horas, o hasta que haya duplicado su tamaño.

Una vez que la masa haya levado, transfiérela a una bandeja engrasada. Con las manos engrasadas, estírala suavemente sobre la superficie de la bandeja, sin aplastarla demasiado para no perder la fermentación. En un bol pequeño, mezcla agua con sal y viértela sobre la masa; luego, con los dedos, haz agujeros distribuidos uniformemente. Deja reposar la masa estirada otros 30 minutos.

Condimenta a tu gusto. Puedes añadir tomates cherry cortados por la mitad, aceitunas, romero u otros ingredientes que prefieras. Te recomendamos usar nuestras salsas de tomate, en particular Olives Tomato.

Precalienta el horno a 220°C. Hornea la focaccia durante 25-30 minutos o hasta que esté dorada en la superficie y bien cocida por dentro. Revisa la cocción levantando ligeramente la base de la focaccia con una espátula: si está dorada, está lista.

Una vez fuera del horno, deja enfriar la focaccia unos minutos sobre una rejilla antes de cortarla. Puedes disfrutarla tal cual o acompañarla con otros ingredientes frescos a tu gusto.

¡Para cualquier duda o para ajustar las cantidades en función del número de comensales, estamos a tu disposición! ¡Buen provecho!

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